Tras abrir tu negocio y abrir una cuenta bancaria, pasamos a explicarte qué impuestos tienen que pagar las empresas en Reino Unido. Como en cualquier país del mundo, en UK las empresas están sujetas a una serie de obligaciones fiscales que vamos a intentar recoger en este artículo.

Tipos de impuestos que las empresas tienen que pagar en Reino Unido

Impuesto de sociedades (Corporation Tax)

No hay un impuesto más importante que otro, ya que hay que estar al día con el pago de todos ellos, pero el Corporation Tax (Impuesto de Sociedades) es uno de los principales. Se aplica sobre los beneficios de la empresa en el Reino Unido durante su ejercicio fiscal.

El Reino Unido ha simplificado su sistema de recaudación, prescindiendo del sistema de tramos. Básicamente, las empresas con beneficios superiores a 250.000 libras pagan una tasa estándar del 25%. Aquellas con beneficios inferiores a 50.000 libras pagan una tasa del 19%. A las que se encuentran entre esos dos valores se les impone una suerte de tasa efectiva progresiva.

No importa que la sede de tu empresa esté en Reino Unido o en extranjero. Es una tasa obligatoria para toda empresa registrada en UK y opere y genere beneficios en ese país.

IVA (VAT – Value Added Tax)

El VAT funciona de forma similar al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) en otros países. Se impone una tasa estándar del 20% al consumo de bienes y servicios.

Algunos productos, como por ejemplo los alimentos básicos o libros impresos, están sometidos a tasas reducidas del 5% o incluso excluidas del pago del mismo.

Si la facturación anual de una empresa supera las 90,000 libras, el registro en el sistema VAT es obligatorio. Si la facturación es inferior, también se puede registrar de forma voluntaria.

Impuestos relacionados con los bienes inmuebles

Existen una serie de impuestos relacionados con la posesión y compraventa de bienes inmuebles en el Reino Unido. Por ejemplo, el Annual Tax on Enveloped Dwellings (ATED), Stamp Duty Lamp Tax (SDLT) en Inglaterra e Irlanda del Norte, el  Land and Buildings Transaction Tax en Escocia o el Land Transaction Tax en Gales.

Impuestos sobre salarios

En el caso de tener empleados, la empresa tiene que mantenerse al corriente del pago del PAYE (Pay As You Earn), sistema que consiste en retener del salario del trabajador el IRPF y las cotizaciones a la seguridad social (National Insurance Contributions).

En este caso, la empresa retiene la cantidad correspondiente de cada nómina y la ingresa al homólogo inglés de la agencia tributaria (HMRC). Es importante reseñar que no se trata de un impuesto per se, sino una obligación administrativa de la empresa tan importante como cualquier otra a nivel tributario.

Otros impuestos que las empresas tienen que pagar en Reino Unido

En relación con la actividad que desarrolle tu empresa, hay otros impuestos que es necesario tener en cuenta. Por ejemplo, el Digital Services Tax (DST), si tu empresa utiliza las redes sociales con diferentes fines. También existe el Capital Gain Tax, si la empresa vende activos y obtiene una ganancia. Por último, impuestos sobre los dividendos repartidos entre los socios o impuestos sobre recogida y tratamiento de residuos.

Recomendaciones para la gestión fiscal

Todas las obligaciones fiscales referidas están reguladas por el General Anti-Abuse Rule (GAAR) que evita la evasión de pago de los impuestos por parte de los obligados.

Es altamente recomendable contratar a un gestor para llevar al día las obligaciones fiscales. Existen aplicaciones informáticas que ayudan enormemente registrar la actividad económica y saber qué impuestos pagar.

El Reino Unido, además, está optando en los últimos años por promover la gestión electrónica de todos estos trámites al través del Making Tax Digital, que busca la eficiencia y simplificación del proceso de pago de impuestos.

En definitiva

Los impuestos que pagan las empresas en el Reino Unido están sujetos a las especificaciones de su sector y al territorio de UK donde se encuentren. Para no perderte entre tantas obligaciones, te recomendamos que estés lo más actualizado posible. No dudes tampoco en contratar a un gestor que te acompañe en este tedioso camino que son las obligaciones fiscales.