Contar con una dirección fiscal en el Reino Unido es uno de los principales requisitos a la hora de abrir tu empresa en el país. Ya sea que tengas una sede física o te manejes de manera puramente digital, este requisito es imprescindible para gestionar el funcionamiento de tu empresa a nivel fiscal y administrativo. En este artículo te explicaremos la importancia de la dirección fiscal en Reino Unido, sus beneficios e implicaciones tributarias.

La dirección fiscal en Reino Unido

¿Qué es la dirección fiscal?

Se trata de la ubicación que se pide al registrar la empresa en Companies House y ante HMRC, el organismo tributario británico. La importancia de la dirección fiscal en Reino Unido radica en que es el domicilio legal de la empresa y, por lo tanto, se utiliza para realizar todas las gestiones fiscales, recibir notificaciones oficiales y documentos legales. Para cumplir con sus responsabilidades fiscales, es obligatorio que la empresa tenga un domicilio fiscal en suelo británico.

¿Por qué es obligatoria y cuáles son sus beneficios?

La legislación británica exige que todas las empresas registradas en el país tengan una dirección fiscal válida, ya que se necesita para cumplir con las leyes fiscales, tales como declaraciones o impuestos. Además, esta dirección es la que aparece en el registro público y será utilizada para enviar correspondencia oficial relevante. Por otra parte, hay que tener en cuenta que la mayoría de los bancos en Reino Unido requieren de una dirección fiscal local para abrir una cuenta empresarial, por lo que tenerla puede facilitarte este proceso. Otro beneficio es que tener una dirección fiscal en Reino Unido puede darle una imagen más profesional a tu empresa, aumentando la credibilidad de tus negocios y facilitando acuerdos comerciales.

¿Cómo establecer una dirección fiscal si no resido en Reino Unido?

Como ya hemos mencionado en el artículo de cómo crear una empresa en Reino Unido residiendo en España, abrir y gestionar tu empresa desde fuera del país británico es totalmente posible y puede ser un gran impulso para tu negocio. Sin embargo, puede ser que no cuentes con un lugar físico en el Reino Unido, por lo que no sabes cómo o dónde establecer la dirección fiscal de tu empresa.

La primera opción y la más tradicional sería, si está dentro de tus posibilidades, alquilar una oficina en Reino Unido. No obstante, puede resultar algo costoso, por lo que alternativamente podrías plantearte utilizar un espacio de coworking. Algunos de estos espacios ofrecen direcciones comerciales y fiscales a un coste menor, al mismo tiempo que dan acceso a instalaciones y redes de negocios que pueden beneficiar a tu empresa.

La segunda opción sería, si tienes un socio, un representante legal o un contacto que sea de tu confianza en Reino Unido, puedes utilizar su dirección para registrar tu empresa. Evidentemente, tendrás que asegurarte de que esta persona está dispuesta a gestionar la recepción de documentos y enviártelos.

La tercera opción sería contratar un servicio de dirección virtual, una de las opciones más populares entre empresarios extranjeros. Este tipo de servicios proporciona una dirección real en el país, sin necesidad de tener un espacio físico; reciben tu correspondencia y te la reenvían periódicamente de manera digital. Además, algunas de estas empresas también ofrecen servicios adicionales de gestión fiscal y contable.

¿Qué implicaciones tiene la dirección fiscal en Reino Unido?

  • Registro en la HMRC, la agencia tributaria británica: Es crucial tener una dirección fiscal para poder recibir el número de identificación fiscal (UTR) y para la presentación de impuestos y cualquier comunicación con la agencia tributaria.
  • Obligaciones fiscales: Se necesita la dirección fiscal para cumplir con los pagos de impuestos y presentación de informes contables. Además, permite que la empresa cumpla con los requisitos de auditoría y mantenga una estructura financiera clara y transparente, evitando sanciones o problemas legales.
  • Doble imposición y acuerdos fiscales: Reino Unido tiene acuerdos de doble imposición con muchos países, incluido España. Esto significa que, si operas desde España con una empresa británica, podrías beneficiarte de exenciones o reducciones fiscales, evitando pagar impuestos dos veces sobre los mismos ingresos. Es recomendable consultar con un asesor fiscal según tu situación específica.
  • Acceso a beneficios fiscales y deducciones: Establecer una dirección fiscal en Reino Unido puede permitir a las empresas acceder a incentivos fiscales y deducciones aplicables dentro del sistema tributario británico.